domingo, 28 de febrero de 2010

RETRATANDO LA NOCHE

Parece que los canallas huelen la oportunidad, han pasado pocos días y mi celular recibe un mensaje. Es mi amigo Lalín que no veo hace meses, su mensaje es muy corto pero especifico: “hola hermano, cuando salimos a buscar putas como en los viejos tiempos”, me pareció algo extraña su propuesta, primero porque Lalin está infelizmente casado hace ocho años (si, leyeron bien, infelizmente), segundo porque hace como diez años que no vamos a buscar putas y tercero porque él sabe muy bien que ya las putas no me gustan. En épocas pasadas éramos muy locos, queríamos cogernos a todo el mundo, incluida las putas. Lalin es de esos amigos que te acompañan a todos lados, que siempre están dispuestos a jugársela por un amigo. Cuando yo quería irme de mi casa, él ofreció hospedarme en su cuarto alquilado y conseguirme un trabajo, eso es algo que siempre voy a recordar. Pero luego mi amigo decidió hacerse de una familia y pensar en cosas mayores, yo tomé un camino con menos responsabilidades, quizás a veces más divertida, pero sin esas grandes satisfacciones que mi amigo seguramente ha tenido y seguirá teniendo con esos hermosos hijos.

El mensaje de Lalin me despertó, al principio me hizo mucha gracia que alguien me diga para buscar putas a las siete de la mañana, luego lo maldije porque es un crimen despertar a alguien que se echa a dormir después de las tres de la madrugada. Le dije que mejor otro día porque no estaba de ánimos, seguramente con los días olvidara el asunto y ya no hablaremos de eso.

Es viernes a medianoche, salgo del trabajo y me encuentro con mi amigo Cesar, me nota algo triste todavía y se ofrece a acompañarme con una charla. Cesítar sabe todo lo que viví con la tangamandapiana, la noche anterior a su llegada fue quien me acompañó a la farmacia a comprar mis “implementos de primera necesidad”, me dice que las heridas sanaran con el tiempo, que lo que es de uno siempre volverá, esas palabras me ayudaron un poco. Mientras estamos en una banca de un paradero de buses, le digo a Cesar: “Vamos a buscar putas?”, él acepta suelto de huesos y empezamos a recorrer las peores calles de Lima buscando la perdición.

Era la una de la madrugada y todo es silencio por esas rutas, un borracho duerme sin zapatos en plena acera, un vagabundo busca pedazos de papel para poder dormir en una esquina, dos ladrones aparecen corriendo con una cartera en la mano, tres tipos pasan por mi lado fumándose un troncho de marihuana, los grafitis en los muros que siempre dicen algo interesante, la jovencita que vende caramelos en esa avenida que luego de unas horas se prostituirá por dos tronchos, los tipos mayores que se tapan con una gorra y una bufanda buscando un punto para desfogar su bisexualidad, y a lo lejos unos gritos que rompen el silencio, tan desgarradores que te dan miedo ir en su auxilio. Luego llegan los patrulleros haciendo correr a las putas, que se camuflarán en las calles aledañas, escondiéndose en los hoteles baratos para no ser detenidas y poder llevar el pan a su casa el día de mañana.

Era lo que me hacía falta, respirar ese mundo oscuro y horrendo para sentirme vivo. No quería acostarme con una puta, sino solo por un instante ser parte de ese universo surrealista, retratarme en sus grafitis y ahogarme en esos gritos de socorro, soy medio autodestructivo lo sé, pero es mi forma de convivir con dolor. Por un momento me volví a sentir ese animal nocturno que sale a la calle a buscar historias, acechando la noche, pudriéndose en vida, buscando la muerte.

Son las tres de la mañana y volví a la misma banca de los buses con mi amigo Cesar. Nos ponemos a hablar de cómo serian nuestros últimos días, si preferimos permanecer en un ataúd o volvernos cenizas para ser echados al mar, ninguno de los dos hemos hecho testamento, quizás porque no tenemos nada de valor en nuestras habitaciones. Pero tenemos historias, tenemos huellas en el cuerpo que hablan del amor y otros demonios, tenemos la conciencia sucia, el alma vacía, y un perdón que esperamos que llegue un día antes de morir. Esta no es una entrada que busca provocar compasión… esto es la vida misma.

viernes, 26 de febrero de 2010

MEDIADOR NOCTURNO

No he vuelto a saber de Vanesa, tampoco me ha llamado, supongo que está bien y ni siquiera me recuerda, que bueno por ella. Lucia apareció al día siguiente contándome que había terminado con su novio, parece que las rupturas amorosas se han vuelto una epidemia, incluso para algunas amigas blogueras que no quiero nombrar. Cuando le pregunte a Lucia los motivos de su separación ella me contó que su novio se puso muy celoso porque había salido conmigo, y que en el momento más tenso de la discusión, dijo que yo le había confesado que quiero llevármela a la cama. No tengo ni la menor idea de porque Lucia dijo eso de mi, si apenas fuimos al bar Degrot y nos tomamos unas cervezas, nunca le dije que me la quería coger, a menos que la borracha haya sido ella y lo ha imaginado. Pero ella me explico que lo dijo solo para enfurecer más a su novio, porque la tenia harta con sus celos enfermizos, y esa era la mejor razón para que de una vez por todas terminaran.

Parece que ahora el amor dura poco, los celos suelen duran mucho más, me da pena por Lucia, tan a gusto que se le veía junto a su “Monchito”. Pero no todo está perdido, yo me ofrecí a ser el mediador en este caso, diciéndole al novio que yo no me quiero coger a Lucia, solo deseo que salga conmigo, que me abrace mucho, que me invite los tragos y que me cocine algo rico. Tengan en cuenta que me he sentido muy solo estos días y la única que podría hacer todo eso por mi es ella, mi querida amiga Lucia, la del lunar en el escote, la de los comentarios picantes, la de la risa burlona. Pero esto tampoco le ha causado gracia al novio, por el pequeño detalle de que Lucia nunca le ha invitado un solo trago, ni le ha cocinado cosas tan ricas como si lo ha hecho conmigo (porque déjenme decirles, que nadie cocina tan rico como Lucia). A veces los novios esperan ser el favorito en todos los campos, pero eso es una utopía, no se puede ser siempre el preferido, hay cosas en que algunos encajan mejor que otros, para eso estamos los amigos, pero eso no significa que te amen menos. Yo he nacido para saber secretos, no se imaginan las cosas más aberrantes que he podido oír de mis amigas y amigos, tengo ese curioso don de convencer a las personas a que me cuenten sus mas podridas experiencias, pero creo que varias de ellas no deben ser leídas en este blog, porque a pesar de lo que muchos digan, este es un blog casi decente (plop).

Entonces seguimos platicando con el novio, estamos en un tira y afloja, negociando el record de visitas a la bella Lucia, las visitas maritales y las fiestas están a su cargo, yo he pedido las salidas al cine y a los conciertos. La cosa es puso dura (y no lo digo por él) cuando hablamos de la cocina, porque acordamos en que Lucia nos cocinaría algo espectacular a los dos juntos. El novio dice que le gustan los postres, yo le digo que esas son mariconadas, que la comida criolla es mejor, a él no le ha causado gracia que yo lo llame marica (y quien le manda a pedir comida de maricas) y dice que mejor lo dejamos en un cebichito bien peruano, yo acepto la idea. Luego el novio propone salir los tres juntos, para limar asperezas y saber que entre hombres puede haber confianza, le pregunto a donde podríamos ir y me dice al teatro. Si hay algo mas marica que comer postres, es ir al teatro, pero eso ya no lo digo para no herirlo más en su alicaída hombría. He aceptado casi todas sus ideas, comer juntos, salir juntos e ir al teatro juntos, pero nunca llegamos a escoger fecha, creo que es mejor así, al menos la paz ha llegado y eso era lo que yo buscaba. Lucia ha vuelto con su novio y él ha aceptado que yo salga nuevamente con su chica, parece que esta batalla la gane yo.

Mientras estoy en mi habitación revisando mis cosas guardadas, encuentro un cuaderno grande que me mandó mi tangamandapiana cuando aun éramos novios, es un cuaderno muy lindo, lleno de dibujos y escritos hechos por ella, en la última página hay una foto suya y un mechón cortado de su cabello. Algo entusiasmado llego a decir: “Si el destino no te trae de regreso… creo que te clonaré”

lunes, 22 de febrero de 2010

AUUUUUUU


Es un fin de semana como cualquiera, después del giro que tomó mi vida me siento algo extraño, como adormilado, con un sentido suicida que solo un chico de quince años puede padecer, pero no tenía ganas de echarme a llorar, quizás solo hacer una pataleta y cagar a trompadas al primero que encuentre, para mi mala suerte no soy un tipo que infringe temor, cuando salí a la calle note que todos eran más grandes y más fuertes que yo, desde ese punto de vista no podía cagar a trompadas a nadie. Solo regresé a casa y me puse a jugar en la computadora con mis sobrinos, mientras eso hacia suena mi celular, era Vanesa que me dice que esta bebiendo con unas amigas y si puedo ir a recogerla, hoy ya no tengo cargo de conciencia, acepte enseguida, le dije que estaría ahí en una hora. Pero mis sobrinos no querían que me vaya, querían que me quede y les enseñe como ganarle a la maquina, como yo soy el súper tío, estuve con ellos un rato mas. Un reloj no puede regir mi vida, sobre todo si la estoy pasando con mis sobrinos favoritos.

Casi tres horas después recién pude ver a Vanesa, tenía una cara furiosa, unas ganas de querer golpearme en la cabeza con una pala, todas sus amigas ya se habían ido. No tenia porque darle explicaciones, nunca me ha gustado hacerlo, la mejor salida era decirle un par de mentiras que no pueda debatir, ella lo entendió y solo me pidió irnos a un hotel, se detuvo en una tienda para comprar varias cervezas. Hasta ese momento beber no estaba entre mis planes, pero sentí que me hacía falta. Todo pasó muy de prisa, dos horas después me encontraba semidesnudo en una cama con varias latas vacías tiradas por el piso, casi ebrio, mirándome en el espejo como un enfermo terminal, aquel chico ya no era yo, era una mala imitación de lo que antes fui. Mientras Vanesa yacía dormida solo cubierta con una toalla, sonaba insistentemente su celular, era su novio Alex que quería saber donde estaba, “estoy en casa de una amiga” le decía muy fresca, “no me hables así, acaso crees que soy una puta?”, exclamaba en un tono más alto, “Esta noche iré a recogerte y hablaremos” terminaba diciéndole ya más calmada, mientras tanto yo me vestía sin decir una sola palabra. Vanesa cuelga el celular y me pregunta porque me voy tan pronto, pero para que gastar palabras, ella sabía perfectamente que entre nosotros no hay ataduras que exijan razones, “Es que ya me aburrí de estar acá, nos vemos otro día, adiós” le dije mientras cerraba la puerta, después de mucho tiempo era yo quien salía primero del hotel, parece que muchas cosas cambiarán a partir de hoy.

Eran casi las siete y Lucia me estaba esperando, me pase toda la semana tratando de convencerla para que salga conmigo, si alguien podía soportarme hoy, esa era Lucia. A pesar de que podría ganarse broncas con su jefa y su novio, apareció puntual en el lugar que quedamos. Si antes eran amigas ahora ya no, Lucia odia a la tangamandapiana, como odia a toda aquella persona que me haya roto el corazón, odia a Pamela Anderson desde el día en que salió el video porno con Tommy Lee Jones, también odia a Lucia Méndez desde que se hizo aquella cirugía que le cambio el rostro para siempre. Pero mi amiga me quiere mucho, me lo ha demostrado miles de veces y es una de las pocas personas a quien no le puedo mentir. Llegamos al Bar Degrot donde iban a tocar Gino, Sócrates y Laura, Gino fue el primero que me ve llegar y me saluda, luego Sócrates me abraza y dice que ya están por empezar, no veo a Laurita por ningún lugar, le prometí que la saludaría apenas la vea, pero no se pudo, el concierto empezaba.

Lucia pide una jarra de cerveza, el plan era que por cada tres vasos que ella beba yo solo tome uno, pero ya estaba subido de tragos por haber estado con Vanesa, así que no respete el trato. En pleno concierto Gino le dedica una canción a Lucia, se lo había prometido a mi amiga, Sócrates recita mis Rosas Marchitas antes de tocar la mejor canción de la noche, y Laurita encandiló a todos con su bella voz. Eran casi las once y el celular de Lucia suena, era su novio que quería saber donde estaba. Es hora de irnos, el recital aun no terminaba, una vez mas no pude hablar con Laura, solo me despedí con la mirada y nos marchamos.

Caminando por las calles de Lima, sentía que era más horrible de lo que solían decir los libros, ni las luces de colores podían defenderla de mi cruel apreciación, o será que yo estaba tan lleno de alcohol y tristeza como para amarla de la misma manera de cuando las recorría con mi tangamandapiana. Lucia me miraba afligida e impotente, decía: “Si le pongo las manos encima le quitaría lo chistosa, mira como te ha dejado”, me tomó de la mano y me abrazó muy fuerte, yo me sentí protegido en sus brazos, me hacía falta estar con Lucia, saber que el silencio lleva su nombre, que cuando todos se vayan ella siempre se quedará. Como cuesta reponerse a los golpes duros, sobre todo para alguien que no está acostumbrado a pelear. Mientras le contaba mi oscuro destino, la oí decirme: “tú nunca estarás solo, si llegas a viejito yo te voy a adoptar y cocinare para ti ese plato que tanto te gusta, pero ya no estés triste”, quizás esa parte lo imaginé, tal vez había bebido mucha cerveza que deseaba que alguien me diga eso, pero tengo la certeza de que mi amiga lo hubiera dicho si se lo hubiera pedido.

Lucia se marcho al encuentro con su novio, no sé cuando la volveré a ver, nuestros horarios se hicieron para estar separados, pero yo se que ella siempre arriesgará un poco por mí, y por eso la quiero mucho, hoy más que ayer. Llego a mi casa y me encierro en mi habitación, siento un ligero dolor en el estomago que no me deja dormir, no puedo creer que mi cuerpo haya reaccionado tan rápido al alcohol, no pensé que estaba tan grave. Pero no le quise hacer caso, pensé que quizás fue algo que comí y me cayó mal, mañana al despertar estaré mejor. Esta noche fue muy extraña, de súper tío pase a ser un lobito feroz y luego un melancólico inconsolable en solo unas horas, lo más raro es que estando en mi cama queriendo soñar y encogiéndome de dolor… ya no sé ni quién soy.

viernes, 19 de febrero de 2010

SER O NO SER

Como se gasta el calendario cuando le das tantas vueltas, después de muchos días de espera, la tangamandapiana me ha escrito un mensaje de despedida, quizás se olvido de amar o prefirió mirar hacia otro lado, tal vez sus amigas la llegaron a convencer de quien era mejor para ella, y obvio que no era yo. Lo importante es que por el tiempo que duro yo he respetado las reglas, al menos las más elementales. Deberían haberme visto junto a ella, era otra persona, hasta le ataba las agujetas cuando no podía y salía a buscar comida de noche para quedarnos en el hotel viendo al Dr. House. Como la voy a extrañar, ella me permitió imaginar por un instante que todo en mi vida estaría bien. Pero ahora ya nada está bien, siento como si me hubieran robado algo, me siento incompleto y que la pieza que me falta se encuentra muy lejos e inalcanzable. Apenas puedo respirar mientras escribo esta entrada, mirando por la ventana y recordando aquella tarde en que vi su avión despegar para ya no volver. Perdón por la tristeza.

Antes del 14 de febrero Ariana me llamaba insistentemente deseando que nos encontráramos a tomar unos tragos, decía que había peleado con su novio y quería vengarse estando conmigo, y yo siempre he sido bueno para las venganzas de pareja. Nunca acepte encontrarme con ella, le dije que tenía mucho trabajo ese día y que llegaría tarde a casa, ella me amenazo que nunca más me llamaría si es que la rechazo esta vez, pero yo sé que no es verdad, las mujeres como ella no olvidan a tipos como nosotros. Yo quise respetar hasta el último minuto el pacto que hice con mi chica, aunque eso signifique encerrarme en mi cuarto viendo el video de Pamela Anderson y jurarme amor eterno a mi mismo (me explico?).

Quise pasar el San Valentín muy tranquilo, trabajando doce horas y escribir algo para mi amiga la vampirita, que al igual que yo, se encontraba muy sola ese día. Pero la condenada me jugo sucio, se encontró un tipo algo interesante que le ha llenado los ojos, aquel tipo ha emocionado tanto a mi amiga que no me para de hablar de él. Yo como todo hombre que ha sido canalla y mentiroso (quien no lo ha sido alguna vez), le digo que no confié ni en el cura de su barrio. Pero ella quiere creer de nuevo en esas cosas, y yo no la puedo alejar de ese extraño placer que nos da poner nuestra vida en bandeja a los pies de otra persona. Solo pude decirle que si le rompen el corazón de nuevo yo siempre estaré en su esquina para ayudarle a recoger los pedacitos. Ella me dijo que me quería y que yo era su mejor amigo, esa frase le puso algo de color a mi noche.

Llegué a mi casa después de las doce, aquella botella de tequila aun me miraba muy coqueta, maldije al matasanos que me amenazo diciendo que podría morir si no cambio de vida, parece que el doctor no ha leído mi blog (y no lo culpo, dicen que es un blog muy malo), porque a estas alturas de mi vida ya no quiero envejecer, no me motiva llenarme de arrugas y canas, ni sentarme en los parques a mirar chicas que nunca amaré. Cuando apagué la luz de mi habitación, solo podía visualizar aquel cofre imaginario donde guarde mi traje de lobito feroz, me acerque y al abrir el cofre podía percibir el olor a noche y perfume barato, a mentiras de fin de semana, a besos con sal. Luego de cinco minutos lo cerré y llegue a pensar que volver a esa vida seria retroceder, seria destruir todo lo que había conseguido hasta el día de hoy, era como traicionar los buenos momentos. Pero mi vida se ha vuelto un caos, en ese instante vino a mi memoria aquella anciana española que con tan solo tocar mi mano y mirarme a los ojos, me dijo que moriría apenas a los treinta y siete años. Quizás sea el destino al que tanto he respetado, quizás sea la melancolía, hay gente que no puede dejar sus hábitos y vicios, porque es nuestra naturaleza. Además, después de todo, yo no sé hacer otra cosa, pensé que si podía, pero no funcionó. Aquel baúl me sigue llamando, quizás lo abra mañana o el próximo fin de semana… pero no será esta noche.

domingo, 14 de febrero de 2010

FRASES CORTAS


No soy muy bueno con las frases memorables, pero un día como este, me tome el atrevimiento de creerme un gurú de las emociones más sublimes, puedo imaginarme tan cerca de ti y decirte las muchas cosas que eres para este lobito feroz.

  • Eres la tercera cucharada que le pongo a mi café para ponerlo en su punto.
  • Eres aquella uña que me dejo crecer para rascarme la espalda.
  • Eres la ventana abierta que me refresca en las noches de verano.
  • Eres la bufanda que protege mis labios del frio invierno.
  • Eres las agujetas con la que ato mis zapatos y no me permiten caer.
  • Eres el eco que aguanta las palabras que digo, hasta cuando grito barbaridades.
  • Eres la banderola que llevo a los estadios, esa que agito como loco entre la multitud.
  • Eres aquella monedita que quiero lanzar al pozo de mis deseos.
  • Eres mi asiento en primera fila, mi palco amoblado desde occidente, mi suite presidencial.
  • Eres esos zapatos negros que solo me pongo en las reuniones importantes.
  • Eres la canción en ingles que siempre me veras tararear como loco, aunque no sepa su traducción.
  • Eres el cuaderno donde aun escribo mis memorias, a pesar de ya tener una laptop.
  • Eres aquel lapicero que me diste y guardé en mi gaveta, el que no pienso usar nunca para no gastarle la tinta.
  • Eres aquella pulsera de San Judas Tadeo que nunca me quito de la mano izquierda, aunque te haya confesado ser un eterno agnóstico.
  • Eres aquel numero de quince dígitos que me ha costado un huevo memorizar, pero que al fin lo he logrado.
  • Eres los pedacitos de cartón con la que tapo las goteras de mi habitación y me envalentona ante las lluvias.
  • Eres la arena, eres la sal, eres la brisa, eres el agua, y cuando te miro de lejos te conviertes en la playa donde quiero aprender a nadar.
  • Eres aquella botella de tequila que me sigue sonriendo sobre mi mesa de noche, a pesar de que me he vuelto un abstemio total.
  • Y eres la respuesta a la frase que tú misma me decías cuando susurrabas… ¿Quién lo quiere ranita?
Aunque este día la tenga que pasar sólito, espero que uds. puedan pasarla mejor que yo.

Feliz San Valentin para todos!!

martes, 9 de febrero de 2010

EL SEMENTAL INCOMPRENDIDO


Monchito tiene treinta y siete años, es un tipo algo fornido, contextura mediana, cabello corto y no muy agraciado, es por eso que los amigos de su novia que si es linda, le andan preguntando que le ha visto a su novio. Ella no dice nada, solo sonríe y lo deja a la imaginación. Lo cierto es que Monchito no es un tipo cualquiera, él es un “ninfómano” según su novia, yo le digo que a los tipos así se les dice “sátiros”, pero ella prefiere la otra palabra, porque dice que le da más “caché” (como si ya no fuera suficiente je je).

Todos los días muy temprano, Monchito va a la casa de su novia donde tiene un negocio de cabinas de internet, y cada dos o tres horas se le acerca a su novia, coge su mano para ponerla encima de su pantalón y le dice: “mira como me tienes”, apretando la mano de ella contra su miembro duro y latiente, entonces aprovechando que nadie los ve, se encierran en su habitación y se ponen a coger como locos, solo después de eso Monchito está contento, se sienta en una esquina y se pone a mirar a su novia con unas ganas que solo puede producir el amor, porque Monchito ama a su novia o al menos eso dice siempre.

Por cada reacción de su novia, cree que es una indirecta hacia él, si ella tose por algo que se le metió a la garganta, Monchito va corriendo enseguida y la abraza por detrás, haciéndole notar su gran rigidez y le dice: “¿quieres toser de verdad?, nada mas espera que te agarre como quiero preciosa”. Ella se asusta un poco, pues apenas han salido de la habitación, le pide que se aleje porque está trabajando, que no sea un desesperado, entonces Monchito se sienta en su esquina mientras la mira con unos ojos morbosos y se va frotando la entrepierna al compas de un reggaetón.

Luego de tres horas, una moneda se cae y ella se agacha a recogerla, era el pretexto que Monchito estaba buscando, así que se acerca a su novia, coge su mano y la pone encima de su pantalón y le dice: “mira como me tienes” y se la lleva al cuarto de al lado donde a pesar que tienen la puerta medio cerrada, los clientes logran oír los gemidos de placer de ambos loquitos. Esto sucede todos los días de la semana, y no crean que es solo sexo, porque ella ha confesado que Monchito es el mejor amante que ha tenido, aquel tipo algo feo y ponzoñoso sabe como complacer a las mujeres, y para su edad parece ser muy potente, no hay duda que papa dios lo bendijo en recompensa al lapsus brutus que tuvo al moldear su apariencia física.

Esto señores es un drama de la vida real, porque la novia que también es amiga mía, me vino a buscar ayer para decirme que puede hacer, porque últimamente Monchito a pisado el acelerador, ahora ya no espera tanto tiempo para poner su mano sobre el pantalón y decir “mira como me tienes”, sino que levanta con sus fuertes brazos a mi amiga como si fueran recién casados, y vocifera: “Ahora si ganaste premio mayor preciosa”, ante la vista de todos los clientes que se ponen a reír y entre aplausos gritan: “Ese es Monchito!!”, “Así se hace Monchito!!”, y antes de meterse al cuarto, suben el volumen del reggaetón que se oye en la radio.

La novia se mostraba muy preocupada, no sabe cómo frenar a tremendo semental. Yo le pregunto un tanto confundido: “me dices que tu novio te hace feliz todos los días y todavía te quejas, sabes que muchas mujeres desearían estar en tu lugar?”, ella medio avergonzada, me dice algo que la pinta entera como mujer, es decir, con una rara lógica que solo ellas comprenden: “Es que es bueno gozar, pero no tanto”. Yo le aconsejo que deje de verlo tan seguido, dos veces por semana está bien para los tortolitos, así con el tiempo vera que van a coger mucho menos que ahora. Ella aún sorprendida por el brusco corte de dosis sexual que recibirá a partir de mañana, me dice muy arrepentida: “No, no, yo creo que todo es debido al estrés que estoy pasando por tantos problemas familiares, creo que mejor me pongo a hacer yoga, y así podre atender a Monchito como se merece”. No había duda, eran tal para cual.

Aquella noche mientras estaba en mi habitación, me di cuenta que mis paredes lucían vacías, que solo eran una muestra de ladrillos y cemento mal esparcido, donde antes podía haber algún póster de Ronaldhino o Terminator, ahora no se asomaba ni la foto del chavo del 8, llegue a la conclusión de que ya no quedan héroes. Y si no hay héroes, habrá que inventarlos, entonces pensé en un personaje de carne y hueso, un tipo como cualquiera de nosotros, ese tipo era Monchito... el semental incomprendido.

viernes, 5 de febrero de 2010

A SU VOLUNTAD

Muchas cosas han pasado en tan pocos días, mi tangamandapiana se ha marchado, me ha pedido un tiempo para pensar mejor las cosas, lo que no me favorece en nada. Porque, que es el amor sino la pérdida del sentido común, la huida de las emociones lejos de aquel vigilante estricto que es la razón, cuando alguien desea buscar el razonamiento natural de las cosas, generalmente el amor se desvanece hasta hacerse chiquito e inofensivo. Pero las cosas no se desencadenaron solo por este blog, sino por muchas cosas más que no puedo contar, y que a la larga se acumularon como una enorme bola de nieve que terminaron enterrándonos.

Para mi mala suerte el panorama no es tan alentador, porque algunas personas allegadas a ella, la prefieren sin mí, la aconsejan que no soy un buen partido, que no vale la pena tanto esfuerzo y paciencia por alguien como yo. Lo que ellas no saben es que todo eso que puedan decir de mi, fue lo primero que yo le he confesado. Porque yo no tenía esperanzas que alguien como ella me quisiera, siendo yo como soy, un remedo de hombre, afectado por experiencias pasadas, idiotizado por ver tanta televisión y pornografía (bueno, no tanta, no se asusten) y lleno de más humor que dignidad. Es por eso que en honor a la verdad, no hay cosa mía que yo no le haya contado, por mas aberrante que sea.

Pero hay otro detalle, aquellas lindas amigas la desean ver de novia con otro tipo, también amigo de ella, dicen que ese si es el adecuado, que ella se merece un tipo así. No sé en qué momento les llegue a caer tan mal a las amigas de mi tangamandapiana, pero lo cierto es que ahora juegan en mi contra. Y lo peor de todo es que en un momento de sensibilidad, saque la calculadora y me puse a hacer sumas y restas, llegando a la conclusión de que aquel tipo en realidad me lleva muchos cuerpos de ventaja.

El tiene un consultorio propio donde atiende a muchos pacientes a diario, yo estoy a cargo de un negocio que no es mío pero que me agrada, aunque solo me paguen el sueldo mínimo. El tiene una camioneta casi nueva, yo aun tengo la bicicleta que mi padre me compro en el 92 y que deje de usar en el 93, debido a las tantas caídas que me daba. El tiene residencia propia, una casa de dos pisos en una buena zona, yo vivo en casa de mis padres, en un cuarto solitario de la última planta con vista al mar, donde en noches de lluvia tengo que bregar con las malditas goteras, pero tan acogedor que me ha permitido escribir casi todas estas entradas que hoy pueden leer. El tiene más años que yo y eso en ocasiones denota madurez, cualidad que muchas veces me han pedido y que no logro todavía demostrar.

Como verán, no hay un solo ángulo por donde yo pueda parecer mejor. Excepto por el pequeño detalle de que no he dicho lo que soy cuando estoy junto a ella. Porque cuando estoy al lado de mi tangamandapiana, siento que por fin soy alguien, como una rana que es besado por su princesa, soy aquel batracio que ha tomado forma humana gracias a la bondad y el cariño de esa persona que se fijo en mi, a pesar que no había razón alguna para que lo hiciera. Cuando estoy con ella, siento que puedo lograr lo que casi nadie cree, ser por fin un tipo normal, que ríe y llora, que se arrodilla y suplica, que se detiene un instante y aprende a fijarse en las cosas importantes de la vida, como aquel desorden ilógico de sensaciones al que llaman amor.

Pero ella ya no está, mi tangamandapiana se ha marchado, quizás para siempre, y yo nunca aprendí a retenerla por más intentos que hice, porque sigo siendo el mismo tonto aprendiz que desea aprobar la materia con la mínima nota. Y por eso estoy un poco triste. Sin embargo aun recuerdo sus últimas palabras que sonaron a una larga despedida. Mientras mis ojitos querían asimilar el momento, sintiéndome ser el mismo adefesio sin rumbo, en la rana que ya nadie quiere besar, ella me dijo: “no dejes de hacer lo que más te gusta…quiero que sigas escribiendo”.

lunes, 1 de febrero de 2010

CERRADO POR DERRIBO

Ella apareció una noche de Marzo, se sentó frente a mí, mirándome con una ternura que nunca antes había sentido, yo pensé que la iba a terminar aburriendo porque no soy un buen conversador y desaparecería de la misma manera en que llego. Pero ella nunca se fue, sino todo lo contrario, se quedo conmigo para saber del porque soy así y también para tratar de descifrar este rompecabezas en el que se había convertido mi vida.

Siempre tenía una respuesta amable para cualquier atrocidad que le contara de mi, podría haberle dicho que yo mate a Kennedy o que le ponía sal al café de mi abuelita, y ella siempre me iba a decir: “no me importa, yo te quiero igual”. En un mundo donde una chica me echaba de su vida por no saber el color de sus ojos u olvidar el día de su cumpleaños, para mí eso era como sacarme la lotería. Luego hizo lo que estoy seguro nadie más haría por alguien como yo, tomo un avión para Lima, me abrazo y me dio un beso de aquellos que solo se dan una vez en la vida. Entonces empecé a imaginar que tal vez lo nuestro sería para siempre.

Pero desear que las cosas sean para siempre no significa que así tenga que ser, pero si demuestra lo mucho que te importan, porque siempre digo que eternidad es hablar de intensidad, es por eso que la gente se casa cuando sienten que están amando más y mejor, porque solo así estarán listos para decir esa palabra de “hasta que la muerte los separe”. En algún momento ella y yo hemos hecho planes, hablamos de casarnos y de tener hijos, claro que yo empezaba a sudar frio mientras me imaginaba como padre de familia (es que los hombres nunca estamos listos para las responsabilidades), pero luego ella me dijo una de las cosas más lindas que pueda recordar: “no te preocupes, si no aprendes a ser un buen papa, yo seré la mama de ambos”. No había duda, la tangamandapiana me quería de verdad.

Yo quería escribirle esto y publicarlo un catorce de febrero por el San Valentín, confesarle mis temores y algunas otras cosas que ya no podre decir. Ahora ella está molesta, porque dice que no soporta leer cosas de un hombre que siendo su novio pueda contar aventuras tan escabrosas. Aunque casi todas mis “confesiones recientes” son en tiempo pasado (incluso hasta muchísimo antes de conocerla), ella no puede confiar en mí completamente estando tan lejos. La comprendo porque a veces pienso que yo también desconfiaría de mí, incluso mis amigas me han dicho que también desconfiarían de mí si yo viviera a once países de distancia. Pero yo jamás haría nada que la dañe, al menos no intencionalmente, es por eso que he decidido dejar de escribir este blog que muchas veces me ha servido como una catarsis de mi pasado, en donde conocí algunas mujeres, pero nunca compartí un sentimiento que pueda durar más que un rato de cama, tal vez porque yo no valía el gasto o quizás porque nunca lo permití. Lo cierto es que mi vida amorosa fue casi intrascendente hasta que ella llego a mi vida.

No sé si estoy haciendo bien al dejar de hacer algo que me gusta, pero sí creo que ella vale cada intento que yo haga para seguir juntos. Mientras me quitaba el traje de lobito feroz con algo de melancolía para guardarlo en un cofre imaginario hasta quien sabe cuándo, mi amiga Lucia me decía como consolándome: “Es el precio que hay que pagar por ser famoso”, mientras sonreía un poco y agregaba “…famoso entre los amigos quise decir”. Yo aun consternado, con el asomo de una lagrima en los ojos (producido por una pelusa, claro está), le digo mientras termino de cerrar el cofre: “Yo no deseo ser famoso, ni que digan que soy gracioso o divertido… yo solo deseo que alguien me quiera de verdad.”

Porque los lobitos, no importa que tan feroces sean, en el fondo siempre desean ser amados.

BUENAS NOCHES Y GRACIAS POR LEERME.